Fue la Argentina el país que, siendo joven, le abrió las puertas y lo convirtió en un éxito que después se propagaría por toda América Latina. Posicionándolo hasta el día de hoy, como un referente indiscutido de la canción melódica. Será por este amor incondicional con el público que le dijo sí desde el primer momento que Dyango, regresa a los escenarios de este vasto territorio austral como una constante. Este martes, el reencuentro fue con sus seguidoras mendocinas en el auditorio Ángel Bustelo, quienes durante dos horas pudieron deleitarse con lo mejor de su vasto repertorio. José Gómez Romero, como da cuenta su nombre real, brindó un concierto en el que el tango y las canciones románticas que marcaron su trayectoria fueron el centro de la noche. Y, como un Señor de los escenarios que es, hasta sorteó con humor y elegancia, las fallas en el sonido que surgieron en algunas de sus interpretaciones.
“Perdón de todo corazón. No es por nada pero todavía escucho ruiditos
y Mendoza no se lo merece. Yo no me lo merezco”, dijo cálidamente
mientras los técnicos de sonido trataban de solucionar el inconveniente
con el cable su micrófono y los aplausos de cariño por parte del público
le brindaban su apoyo. Por suerte, fue sólo un traspié que se olvidaría
inmediatamente con la bella versión que realizó de “Naranjo en Flor”.
Luego,
también se escucharon algunos temas de su último disco dedicado a la
admiración que el cantante tiene por la música ciudadana titulado
“Puñaladas en el alma”. De este material se disfrutó de “Como dos
extraños” y el clásico dedicado al Polaco Goyeneche, “Garganta con
arena”.
La velada que transcurrió a puro romance incluyó baladas como:
“Regálame esta noche”, “A usted Señora”, “Volverte a ver”, “Amor de
tango”, “Cuando quieras, donde quieras”, “Nostalgia”, “El día que me
quieras”, “El que más te ha querido”, “Venecia sin ti”, “Dios como te
amo” y hasta su versión melódica de nuestra “Alama, corazón y vida”;
entre otras.
Fue pasada la media noche que Dyango puso final a otra noche mágica
para las más de 500 personas – en su mayoría mujeres - que disfrutaron
de su voz. Un violín ejecutado por él hizo el preludio del primer bis,
con “Esta noche quiero Brandy”. Y como no podía ser de otra manera, fue
el clásico “Corazón mágico”, la canción que despidió el encuentro.
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