Dyango llega el 10 de junio al teatro El Círculo para presentar “Puñaladas en el alma”. El artista español regresa a Rosario para cantar tangos y sus grandes éxitos.
“¡De qué vale ser bueno!” dice el protagonista de la letra del tango luego de matar a su esposa y su amante un “Día de reyes”. Se la cantaba su madre como canción de cuna con la Segunda Guerra Mundial como vecina, a los dos años aprendió la letra y hoy la recuerda como un momento iniciático de su vida que retoma con naturalidad. Así haya nacido en Barcelona. Luego, su relación con Argentina y América latina, los mejores mercados para su producción artística, le permitió profundizar, investigación mediante, su pasión. Es por eso, explica, que le puso tango a su disco número 50, el mismo que contiene doce “Puñaladas en el alma”, apunta, y el que presentará el viernes 10 de junio en el teatro El Círculo (Laprida y Mendoza). La voz de Dyango es fácilmente reconocible del otro lado del teléfono. Está en Salta adonde lo llevó una larga gira que incluyó Chile, Perú, Uruguay, la Patagonia, el Norte argentino, el Gran Rex de Buenos Aires y que culminará en Córdoba tras el show en nuestra ciudad.
—¿Por qué volvió a elegir el tango para un disco?
—Porque lo canto muy bien (risas). Modestia aparte tengo que reconocer que, como decía (Héctor) Larrea, parece que hubiera nacido en Buenos Aires y no en Barcelona. He estudiado mucho, he mirado la manera de que los grandes poetas, los grandes músicos se han posicionado para hacer las grandes obras tangueras desde los años 20 hasta los 60. Y he disfrutado mucho con el tango. Y he disfrutado tanto que el número 50 de mis discos quise que fuera otra vez de tangos.
—¿Qué posibilidades interpretativas le ofrece el tango?
—El que canta bien el tango tiene que haber nacido en Argentina o tener mucha gracia por la Argentina, pero mucha. Eso me ha pasado a mí. Yo nací en Barcelona pero mi mamá ya de chico me enseñaba los tangos famosos de su juventud de (Carlos) Gardel y de (el rosarino) Agustín Irusta, (Roberto) Fugazot y (Lucio) Demare (famoso trío de los años 30 de gran proyección en Europa). La primera canción que escuche y que apendí era un tango, “Noche de reyes”.
—Con semejante antecedente, ¿que sintió al acercarse a la Argentina?
—Cuando vine a la Argentina en los años 70 empecé a indagar sobre todos eso. He hice mucha amistad con el Polaco (Roberto) Goyeneche y anduve en la bohemia con muchos grandes del tango. Y me di cuenta de la maravillosa obra que se hizo desde aquí para el resto del mundo. Y que a veces no tenga, según para quien, el suficiente valor, creo que los poetas que ha habido aquí no están en ningún lugar del mundo.
—¿Es verdad que nació cantando tangos?
—Mi mamá escuchaba tangos en las radios de esa época, se las aprendía y después me las cantaba a mí, como si fuese una canción de cuna de tango. A los dos años ya me sabía la letra exacta de “Día de reyes” y todavía me acuerdo de esa canción, y la canto, a veces, despacio. Es un tango poco conocido por aquí pero muy conocido en Barcelona, siempre según la versión de mi madre.
—¿Consideró el riesgo de cantar tangos en la Argentina?
—No por lo hago muy bien (risas). No creo que haya riesgo debido a que lo he hecho desde hace mucho. Y luego cuando el cuerpo me lo pedía, decidí volver a los tangos. he visto cosas inauditas, por ejemplo, verlo al Polaco Goyeneche levantarse de la silla diciendo “cómo un gallego me va a venir a enseñar a cantar un tango”.
—¿Como ha sido la repercusión de su show de tangos en Chile y en Perú?
—En todas partes lo han aceptado maravillosamente. He cantando tangos en Estados Unidos, Ecuador, España, y la gente lo recibe con más ilusión que en otras partes. Así yo venga de España. A la gente le gusta, y otra vez sin falsa modestia, tal como yo lo canto.
—A esta altura después de 45 años de carrera, ¿qué lo motiva a realizar una gira tan larga?
—El querer mucho, ni siquiera la profesión, sino la música. Tengo que reconocer que lo llevo en el alma. Cuando estás en casa después de una agotadora gira, te sientas y dices ¡joder! ya es hora de salir de vuelta a cantar. No se puede evitar. Lo llevas encima, es toda una vida. Pensar que yo empecé de bien niño con esto de la música. Y desde entonces, ahí va. He dejado de hacer giras por España por un tiempo, pero nunca en estos 45 años no he dejado de venir a la Argentina nunca. Ha habido momentos difíciles en los que la gente no venía a los recitales, porque no convenía con los problemas monetarios que tuvisteis, pero ni así he dejado de venir. Venía no por lo que me podía dar el dinero, porque en realidad no daban las cuentas, pero me encantaba venir porque me encanta el país. Ya soy una persona mayor y el día que no pueda venir aquí, y lo digo con toda la sinceridad del mundo, va ser duro, muy pero muy duro. No andar por España u otro punto, me la aguanto, pero dejar de venir a la Argentina me costará mucho.
—¿Considera a la música una herencia de familia?
—Mi mamá tiene 100 años y aún canta maravillosamente bien. Mi papá era músico de profesión, tocaba lo mismo que yo aprendí en el conservatorio, violín y trompeta. En realidad ya lo hacía en casa, pero fui músico antes que cantante.
—¿Considera a la música una herencia de familia?
—Mi hermano más pequeño se ha dedicado a la música y dos de mis hijos, de los cuatro que tengo, también se dedican a la música.
—Sé que le gusta el fútbol, que ha jugado en el equipo de estrellas el Barcelona. ¿Qué opina de un rosarino que juega al fútbol como Lio Messi?
—Pues creo que es lo más grande que nos han dado. Yo no sé si a esta altura es más catalán que argentino. Se formó allá, se hizo allá, y de entrada vimos que tiene todos los atributos para ser un crack. No ha jugado nadie como lo hace él.
—A esta altura de su vida, ¿qué buscó y le ha dejado la música?
—En primer lugar y antes que nada he encontrado mi propia satisfacción, haber hecho las cosas según mi propio gusto, y haciendo así las cosas seguro que a la gente que me sigue le va gustar.
Grandes obras del 2x4
Dyango se formó en el Conservatorio de Barcelona como intérprete de violín y trompeta. A los 25 años debutó como cantante y en 1969 editó su primer disco. En 1974 incluyó el tango “Nostalgias” en su disco “Yo mañana” y en 1977 grabó “El dia que me quieras” para “Contigo a la distancia”.
Por ese camino arribó a “Tango”, con el que en 1990 se le animó a obras mayores del 2x4 como “Naranjo en flor”, “Los mareados”, “María” y “Sur”.
Con respecto a su último disco, “Puñaladas en el alma”, el cantante dijo que en la selección de las canciones, con su productor, “no hemos buscado la parte comercial sino la gran calidad de las obras”.
De esta manera, en el disco número 50 del artista se pueden escuchar tangos como “Grisel”, “Uno”, “La que nuca tuvo novio”, “Maquillaje”, “Malena”, “Romance de barrio” y “Desencuentro”.
Cortes
Tour. Dyango inició la actual gira el 8 de mayo en la ciudad chilena de Concepción y desde esa fecha viene viajando para presentarse junto a un compañero incondicional de sus recitales, el maestro Carlos Franzetti
Grabación. “Puñaladas en el alma” fue grabado en New Jersey (EEUU) y Praga en septiembre de 2009 y la voz de Dyango fue registrada en los estudios Family Bears de Barcelona en octubre de ese año. Fue acompañado por la Sinfónica de Praga.
Pintura. Dyango no sólo se dedica a la música. Cuando no canta o compone, se dedica a la pintura. “Soy pintor, me encanta la pintura, tengo un estudio en mi casa. Me gusta la pintura abstracta, lo hago, expongo y vendo o regalo mis cuadros también”, cuenta.
“¡De qué vale ser bueno!” dice el protagonista de la letra del tango luego de matar a su esposa y su amante un “Día de reyes”. Se la cantaba su madre como canción de cuna con la Segunda Guerra Mundial como vecina, a los dos años aprendió la letra y hoy la recuerda como un momento iniciático de su vida que retoma con naturalidad. Así haya nacido en Barcelona. Luego, su relación con Argentina y América latina, los mejores mercados para su producción artística, le permitió profundizar, investigación mediante, su pasión. Es por eso, explica, que le puso tango a su disco número 50, el mismo que contiene doce “Puñaladas en el alma”, apunta, y el que presentará el viernes 10 de junio en el teatro El Círculo (Laprida y Mendoza). La voz de Dyango es fácilmente reconocible del otro lado del teléfono. Está en Salta adonde lo llevó una larga gira que incluyó Chile, Perú, Uruguay, la Patagonia, el Norte argentino, el Gran Rex de Buenos Aires y que culminará en Córdoba tras el show en nuestra ciudad.
—¿Por qué volvió a elegir el tango para un disco?
—Porque lo canto muy bien (risas). Modestia aparte tengo que reconocer que, como decía (Héctor) Larrea, parece que hubiera nacido en Buenos Aires y no en Barcelona. He estudiado mucho, he mirado la manera de que los grandes poetas, los grandes músicos se han posicionado para hacer las grandes obras tangueras desde los años 20 hasta los 60. Y he disfrutado mucho con el tango. Y he disfrutado tanto que el número 50 de mis discos quise que fuera otra vez de tangos.
—¿Qué posibilidades interpretativas le ofrece el tango?
—El que canta bien el tango tiene que haber nacido en Argentina o tener mucha gracia por la Argentina, pero mucha. Eso me ha pasado a mí. Yo nací en Barcelona pero mi mamá ya de chico me enseñaba los tangos famosos de su juventud de (Carlos) Gardel y de (el rosarino) Agustín Irusta, (Roberto) Fugazot y (Lucio) Demare (famoso trío de los años 30 de gran proyección en Europa). La primera canción que escuche y que apendí era un tango, “Noche de reyes”.
—Con semejante antecedente, ¿que sintió al acercarse a la Argentina?
—Cuando vine a la Argentina en los años 70 empecé a indagar sobre todos eso. He hice mucha amistad con el Polaco (Roberto) Goyeneche y anduve en la bohemia con muchos grandes del tango. Y me di cuenta de la maravillosa obra que se hizo desde aquí para el resto del mundo. Y que a veces no tenga, según para quien, el suficiente valor, creo que los poetas que ha habido aquí no están en ningún lugar del mundo.
—¿Es verdad que nació cantando tangos?
—Mi mamá escuchaba tangos en las radios de esa época, se las aprendía y después me las cantaba a mí, como si fuese una canción de cuna de tango. A los dos años ya me sabía la letra exacta de “Día de reyes” y todavía me acuerdo de esa canción, y la canto, a veces, despacio. Es un tango poco conocido por aquí pero muy conocido en Barcelona, siempre según la versión de mi madre.
—¿Consideró el riesgo de cantar tangos en la Argentina?
—No por lo hago muy bien (risas). No creo que haya riesgo debido a que lo he hecho desde hace mucho. Y luego cuando el cuerpo me lo pedía, decidí volver a los tangos. he visto cosas inauditas, por ejemplo, verlo al Polaco Goyeneche levantarse de la silla diciendo “cómo un gallego me va a venir a enseñar a cantar un tango”.
—¿Como ha sido la repercusión de su show de tangos en Chile y en Perú?
—En todas partes lo han aceptado maravillosamente. He cantando tangos en Estados Unidos, Ecuador, España, y la gente lo recibe con más ilusión que en otras partes. Así yo venga de España. A la gente le gusta, y otra vez sin falsa modestia, tal como yo lo canto.
—A esta altura después de 45 años de carrera, ¿qué lo motiva a realizar una gira tan larga?
—El querer mucho, ni siquiera la profesión, sino la música. Tengo que reconocer que lo llevo en el alma. Cuando estás en casa después de una agotadora gira, te sientas y dices ¡joder! ya es hora de salir de vuelta a cantar. No se puede evitar. Lo llevas encima, es toda una vida. Pensar que yo empecé de bien niño con esto de la música. Y desde entonces, ahí va. He dejado de hacer giras por España por un tiempo, pero nunca en estos 45 años no he dejado de venir a la Argentina nunca. Ha habido momentos difíciles en los que la gente no venía a los recitales, porque no convenía con los problemas monetarios que tuvisteis, pero ni así he dejado de venir. Venía no por lo que me podía dar el dinero, porque en realidad no daban las cuentas, pero me encantaba venir porque me encanta el país. Ya soy una persona mayor y el día que no pueda venir aquí, y lo digo con toda la sinceridad del mundo, va ser duro, muy pero muy duro. No andar por España u otro punto, me la aguanto, pero dejar de venir a la Argentina me costará mucho.
—¿Considera a la música una herencia de familia?
—Mi mamá tiene 100 años y aún canta maravillosamente bien. Mi papá era músico de profesión, tocaba lo mismo que yo aprendí en el conservatorio, violín y trompeta. En realidad ya lo hacía en casa, pero fui músico antes que cantante.
—¿Considera a la música una herencia de familia?
—Mi hermano más pequeño se ha dedicado a la música y dos de mis hijos, de los cuatro que tengo, también se dedican a la música.
—Sé que le gusta el fútbol, que ha jugado en el equipo de estrellas el Barcelona. ¿Qué opina de un rosarino que juega al fútbol como Lio Messi?
—Pues creo que es lo más grande que nos han dado. Yo no sé si a esta altura es más catalán que argentino. Se formó allá, se hizo allá, y de entrada vimos que tiene todos los atributos para ser un crack. No ha jugado nadie como lo hace él.
—A esta altura de su vida, ¿qué buscó y le ha dejado la música?
—En primer lugar y antes que nada he encontrado mi propia satisfacción, haber hecho las cosas según mi propio gusto, y haciendo así las cosas seguro que a la gente que me sigue le va gustar.
Grandes obras del 2x4
Dyango se formó en el Conservatorio de Barcelona como intérprete de violín y trompeta. A los 25 años debutó como cantante y en 1969 editó su primer disco. En 1974 incluyó el tango “Nostalgias” en su disco “Yo mañana” y en 1977 grabó “El dia que me quieras” para “Contigo a la distancia”.
Por ese camino arribó a “Tango”, con el que en 1990 se le animó a obras mayores del 2x4 como “Naranjo en flor”, “Los mareados”, “María” y “Sur”.
Con respecto a su último disco, “Puñaladas en el alma”, el cantante dijo que en la selección de las canciones, con su productor, “no hemos buscado la parte comercial sino la gran calidad de las obras”.
De esta manera, en el disco número 50 del artista se pueden escuchar tangos como “Grisel”, “Uno”, “La que nuca tuvo novio”, “Maquillaje”, “Malena”, “Romance de barrio” y “Desencuentro”.
Cortes
Tour. Dyango inició la actual gira el 8 de mayo en la ciudad chilena de Concepción y desde esa fecha viene viajando para presentarse junto a un compañero incondicional de sus recitales, el maestro Carlos Franzetti
Grabación. “Puñaladas en el alma” fue grabado en New Jersey (EEUU) y Praga en septiembre de 2009 y la voz de Dyango fue registrada en los estudios Family Bears de Barcelona en octubre de ese año. Fue acompañado por la Sinfónica de Praga.
Pintura. Dyango no sólo se dedica a la música. Cuando no canta o compone, se dedica a la pintura. “Soy pintor, me encanta la pintura, tengo un estudio en mi casa. Me gusta la pintura abstracta, lo hago, expongo y vendo o regalo mis cuadros también”, cuenta.
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