jueves, 13 de octubre de 2011

Dyango profesión: cantante y músico





Con firma propia
Profesión: cantante y músico. Nació: en 1940, en Barcelona. Por qué está aquí: presenta su disco «Puñaladas en el alma» en una gran gira.
–«Puñaladas en el alma». ¿Le han dado muchas?
–Sentimentales, no; he tenido suerte. Pero en este oficio te dan muchas puñaladas traperas. O aguantas o te vas.
–¿Tiene la voz rota por una puñalada, por el tabaco, por el trago o...?
–Mi voz es así. No fumo desde hace dos años. Y ya no bebo.
–Será adicto a algo, digo yo.
–Al trabajo y a la pintura. Pinto abstracto, o sea, lo que me sale, desde hace años. Expongo, vendo mucho y regalo cuadros para cosas benéficas.
–¿A cuánto me pone el cuadro?
–Uno grande, 4.000 euros.
–Los analistas hablan de sentimientos y emociones de las bolsas y los bancos están deprimidos, estresados. La economía necesita psiquiatras...
–Necesita todo un equipo de psiquiatras, porque está loca, muy loca.
–Zapatero quiere ser supervisor de nubes acostado en una hamaca. ¿Se apunta?
–Yo, de hamacas y nubes, nada: aún tengo mucho que dar. A un artista sólo le retira una puñalada mortal.
–Shakira se lo monta bien: se ha comprado una isla por 12 millones...
–La conozco desde que empezaba. Era un sol. Y ahora más, porque sale con Piqué y yo soy del Barça. Creo que eso es un proyecto turístico.
–Pues que le invite a unas vacaciones...
–Invitar, no; que me haga un precio. No me he tomado un mes de vacaciones en la vida.
–¿Cantaría en un mitin de...?
–Nunca lo he hecho, pero cantaría para uno que yo me sé y no voy a decir.
–Canta «Desencuentro». ¿Con quién no quiere encontrarse?
–Pese a las puñaladas, no tengo enemigos.
–Otra de sus canciones es «Maquillaje». Un tema muy apropiado en estos días de elecciones.
–Trata de una mujer que se maquilla el corazón, no las palabras.
–También canta «Estrellita». Hoy todos quieren ser al menos una estrellita...
–Yo jamás quise ser una estrella. Y sigo sin quererlo: sólo quiero cantar, que me escuchen y que alguien diga: jo, este canta.
–Aseguran que vamos a ser más pobres. ¿Está preparado?
–Casi todos los músicos hemos sido pobres, así que ya tenemos cierta costumbre. Yo he sido pobre como una rata. Y luego no he tirado el dinero.
–No le ha ido nada mal...
–Me ha ido mucho mejor de lo que creía. Grabo lo que quiero y hago las giras que quiero. No me puedo quejar.
–Un español que no se queja: exótico.